Gerardo Nieto
Gerardo Nieto, nacido el 27 de abril de 1969 en Casabó, es uno de los referentes de la música tropical uruguaya y fue uno de los integrantes de la famosa orquesta de los 90s, Karibe con K, además de haber formado parte también de Sonora Caribe y L`Autentika.
Sus inicios en la música se remontan al Carnaval, cuando comenzó su carrera profesional en una murga dirigida por el paraguayo López a los 14 años. Más tarde, integró el grupo de humoristas Los Carlitos, donde ganó el primer premio dos años consecutivos y donde también ensayaba Miguel Cufos, quien más tarde lo convocó para formar parte de Karibe con K.
Ya en la banda, y con tan solo 18 años, no solo se ganó un lugar en la misma, sino también el respeto de su creador, Eduardo Ribero. Esta orquesta marcó la diferencia en la música tropical uruguaya, ganando más de 25 discos de oro y 8 de platino. Según Nieto, ésta rompió con los paradigmas que caracterizaban a la música tropical de la época, añadiendo contenido a sus letras y un significado más profundo, además de innovar en el tipo de vestimenta y los bailes coreográficos en el género.
En los 2000, Nieto formó parte de la banda L`Autentika, donde él y sus compañeros decidieron formarse de manera más profunda y crecer profesionalmente. Fue en esa época donde aprendieron a leer música, profundizaron en los instrumentos, mejoraron los arreglos y grabaron de forma más prolija.
Más tarde comenzó su carrera como solista, donde pudo desprenderse de las canciones románticas que lo caracterizaba en Karibe con K y la cual le permitió incursionar en la composición de letras más elaboradas, que dejaban un mensaje y daban visibilidad a problemáticas sociales.
El artista vivió toda su vida en Casabó, hogar que no quiere abandonar pese a que tuvo varias oportunidades. El estrecho vínculo que tiene con su barrio tuvo gran influencia en su carrera musical, todas las navidades, junto con un vecino que hacía canto popular, recitaba serenatas a la veterana del barrio y junto con su hermano pasaban las madrugadas del 25 de diciembre cantando sin parar, entre sidras y pan dulce. Pues es esta calidez que caracteriza al barrio y sus vecinos la que lo mantiene arraigado al mismo.